Hay algunas viejas costumbres del fóbal de acá, desde los tiempos de la Banda Oriental, cosas serias, que se han ido perdiendo en el ultratecnificado y por-mil-cámaras-filmado fútbol profesional. Cosas que por ahí puedan resultar un poco duras para las almas delicadas moldeadas por la educación privada, que nunca jugaron un picado contra el reo del barrio (digamos que nunca interactuaron con el reo del barrio) y que no resistirían ver degollar un lechón sin clamar por piedad. Ojo: no quiere decir que no hubiera cosas que no estuvieran un poco mal. Es como todo, hay cosas y cosas, pero hay gente que no entiende nada y se pone de catequista. Y el fóbal de algún modo es un reservorio moral de la sociedad (y lo decimos en sentido literal, tanto lo de reservorio como lo de moral, es decir, no estamos diciendo nada muy positivo, si algo estamos diciendo en realidad). Lo cierto es que el proceso de civilización del fútbol nacional (aún inconcluso, gracias al Cielo) ha tenido sus domesticaciones y pérdidas culturales.
Sin embargo, (hay que ver cómo somos), hay también cosas que sobreviven en el interior del país y sus cientos de canchas, sus cientos de equipos de múltiples ligas, y sus miles de meritorios jugadores jugando a morir o matar. En estos partidos todavía es común que, si echan a uno del cuadro tal, de inmediato el expulsado sale como por reflejo en busca de un rival (preferentemente el mejor jugador, o uno con amarilla, o al que le tenga ganas nomás), para agarrarlo a trompadas y (por acción del principio de solución salomónica que rige la conducta del referee), hacerlo también expulsar. Un niño de cualquier barrio aprenderá tarde a pegarle con la zurda, pero aprende enseguida que si te echan, ese es el modo en que hay que actuar. Educación integral. En fin, algo de esto sucedió por estos días en América Latina. A Lugo lo echaron mal (pero mal mismo). Y no es que el ex-obispo saliera a buscar al rival para hacerlo entrar (por el contrario, se fue enseguida medio tranquilito para el vestuario). Pero sus compañeros de cuadro si reaccionaron y salieron a tirarse con las dos patas, y emparejaron la cosa: metieron nada menos que al Huguito y si no querías sopa… tomá! Pan para empujar.
Así es nuestra tierra, así es nuestro fútbol, y en nuestro próximo programa de todo eso vamos a hablar. Con dos entrevistas y un invitado especial: el periodista y escritor Andrés Reyes, un verdadero polifuncional.
Muestra médica:
Fóbal.
- Fútbol occidental: finales de la Libertadores y la Eurocopa. La crisis española no se nota en la manera de jugar.
- Entrevista en estudios con el polifuncional Andrés Reyes a propósito de su último libro: «El propio fútbol uruguayo», de próxima aparición.
Mundialéctico.
- Campito América: Lugo mal echado, Franco al banco y Chavez de punta: dimes y diretes de la suspensión de Paraguay y el ingreso de Venezuela al Mercosur. Entrevista en vivo con Pablo Kunich, uruguayo que trabaja en ALBA TV (Venezuela).
Rocola Mundial
- Todos fuimos, somos o seremos ricoteros. A 27 años y 2 meses del lanzamiento de «Gulp», el primer redondito, un programa a todo PR.
Así que en estas yerbas andaremos, sin creernos más que nadie y sin querer ostentar, tratando de no pensar en lo inexorable, en Arquero Peligro, el próximo jueves, como todos los jueves, por la Radio de la Universidad.
Los jueves a las 20hs
En vivo por:
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Arquero Peligro: mucho más que fútbol (y menos también)