Inauguramos temporada 2020 en condiciones extraordinarias. El Filósofo Ignorante está “encerrado” y por eso inicia su ciclo desde su casa, a través de la comunicación por plataforma. En este contexto plantea pensar cómo llevamos la cotidianidad sin salir de nuestras casas, qué rutinas hemos modificado y cuáles son las consecuencias aparentes. 

En la era de la pandemia por el coronavirus se percibe una competencia por el saber, generada por cierta ansiedad, oportunismo y hasta aparecen profecías respecto del futuro. A través de la palabra de Hegel, se cuestiona el lugar de la Filosofía en este escenario. El pensamiento filosófico requiere de tiempo y distancia del suceso que lo convoca. A pesar de hablar de Epistemología, casi no hablamos del coronavirus.

Varios artículos nos ayudan a pensar algunas artistas posibles para abordar el asunto. El publicado en Página 12, el 29 de abril, por el periodista y editor español Ignacio Ramonet es uno de ellos. 

Además, la forma de comunicar lo que ocurre durante la pandemia es un aspecto que preocupa. Se instalan nuevas palabras, conceptos que son tan novedosos pero sí se imponen en nuestra nueva cotidianidad.

En este sentido, citamos a Leila Guerriero, periodista y editora argentina sostiene que “sólo permaneciendo se comprende” y nos invita a reflexionar sobre la forma en que nos acercamos a los sucesos para contarlos. Una nota de la periodista y editora uruguaya Lourdes Rodríguez, publicado en Brecha, el viernes 8 de mayo, nos plantea las dificultades de pensar que esta pandemia modificará las relaciones de base de la sociedad capitalista y patriarcal, al tiempo que nos invita a pensar en las naturalizaciones de los sistemas de control que se exhiben y aplican desde los gobiernos.

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