LUNES 6 DE DICIEMBRE
PROGRAMA DE AUTOR
8bra infinita [81:00]
Ocho grupos iniciales graban y comparten una biblioteca de sonidos; definen una serie de disparadores: 8 estaciones (climáticas), 8 estaciones (de tren, de omnibus, espaciales), 8 horas del día, 8 horas de sueño, 8 movimientos, 8 estados de ánimo, 8 paisajes, 8 puntos cardinales…; cada grupo compone un movimiento de la 8bra infinita. Los ocho grupos son al final nueve. Los títulos reflejan la situación políglota del grupo. La sucesión de los movimientos es aleatoria: existen al menos 362880 versiones posibles de la obra.
Hora 8 (Reloj cucú: Soledad Muñoz, Lucas Perrone, Cecilia Fonseca; Argentina, Uruguay)
Nuestra intención con esta obra fue mostrar el proceso de un estudiante que llega a su casa. Quisimos destacar tres partes: llegar a la casa, prepararse algo para beber, sentarse a estudiar. Todos los audios fueron grabados por nosotros mismos y no nos inspiramos en ninguna obra en específico para realizar nuestro trabajo.
Ocho quartos (Ronquidos pendientes: Antonella Cabrera, Fabrício Lins; Uruguay, Brasil)
Pasos que guían y transportan a diversos paisajes. Ocho quartos llenos de historias por imaginar.
Purutapyala Apyabiru (Les Füße do mar: Camila Olazábal Nieves, Fernando Santiago Serrano dos Santos, Francisco Moraga Quezada, Mariana Gardella, Pedro Lucas; Uruguay, Brasil, Chile)
die Füße des Meeres / les pieds de la mer / los pies del mar / os pés do mar / les Füße do mar
Purutapyala Apyabiru: sendero sonoro por lo que camina la tierra vital
Purutapyala = Puru(ruca) + tap(e) + yala | Apyabiru = A[b]ya + (pe)abiru
Pururuca: en tupí-guaraní, «lo que hace ruido» [pu: ruido]
Peabiru: en tupí, «camino del césped amasado» [pe: camino, abiru: césped amasado]
Mba’e pu: en guaraní, «música-sonido», «instrumento musical» [mba’e: cosa, pu: ruido]
Abya Yala: en guna o kuna, «tierra en plena maturidad», «tierra de sangre vital», «tierra
joven, siempre naciendo» [abe: sangre, yala: espacio-territorio]
textos utilizados: Instrucciones para dar cuerda al reloj (1962), Julio Cortázar; Família (1961), Cecília Meireles
La vida y la muerte. Conceptos al parecer opuestos aunque no puedan existir el uno sin el otro. Emociones, estados, etapas. Tantos fenómenos toman lugar en Purutapyala Apyabiru. Tantos sonidos, tantas emociones. Tantos nacimientos y tantas muertes. Nacimiento y muerte del amor, de la locura, de la tranquilidad, del miedo, de la angustia, de la alegría, de la paz, de la vida. Todas estas mesetas son puestas en juego a través de los distintos paisajes sonoros.
La vida no es una línea recta. El nacimiento no es su comienzo, la muerte no es su fin. Es más un espiral, en el que uno viaja, sin saber en qué lugar se encuentra. Un espiral en el que existen distintas estaciones, que se construyen al andar; que se entrelazan. Algunas parecen esfumarse, otras toman la forma de un oasis, donde lo actual y lo virtual se funden, donde el principio y el fin están conectados. Hay quienes intentan dominar las estaciones, creando barreras en sus entradas. Por suerte siempre hay un loco que logra saltarlas.
La distancia tampoco será un obstáculo, aunque enfrentemos momentos difíciles, aislados en nuestros hogares, a veces sin compañía, y apartados de un mundo ya casi irreconocible. Sonoridades de distintos lugares de nuestro continente se encuentran y conversan, potenciando el proceso de componer y experimentar, y construyen juntas mensajes de resistencia.
En el medio de la noche, al calentar la cena o una taza de té, uno se depara con su soledad. Pero también del vacío se puede crear la luz. Del caos y del desorden nacen redes antes jamás pensadas y de ahí se conectan las criaturas – sus sonidos, sus culturas y sus sentimientos, los lugares que habitan, los conocimientos que producen, las historias que cuentan. Todas estas vibraciones, algunas más imperceptibles que otras, presentes en nuestra cotidianidad y nuestro entorno, son concebidas como materia con la cual experimentamos para componer este mar de sonidos que no pretende ser un proyecto final sino una apertura a cada quien para pasearse a su manera.
El equilibrio no viene de la perfección, de la simetría, de la uniformidad, sino de comprender y vivir entre nuestras diferencias y conflictos. La diversidad de nuestros modos de ser y estar son las que potencian la vida, a transformarse y experimentar. Para que un todo se forme, para que la vida esté plena, ahí está la alegría, pero también el sufrimiento. El movimiento y la estaticidad. El miedo y el coraje, la resistencia, la fuerza. Todos al mismo tiempo, uno a la vez. Nos toca reconocerlos, experimentarlos, vivirlos y, con eso, conocernos a nosotros mismos. Desde nuestras pequeñas percepciones este entramado sonoro susurra una invitación a agudizar la escucha y dejarse afectar, recorrer la obra.
Ocho experimentos (Gatos flaneros: Leticia Bentancurt, Micaela Machado; Uruguay)
Nuestra obra es experimental, ya que no tenemos demasiado conocimiento en cuanto al sonido y su manipulación, cuenta con variaciones de volumen, superposición, ralentización y aceleración del sonido.
Es un recorrido por distintos lugares y elementos que componen nuestro mundo, siendo a veces de fácil identificación y a veces difícil darse cuenta de el origen del sonido, mezclamos sonidos de la naturaleza con sonidos de objetos creados por el hombre, y la obra navega entre esos mundos.
Un paseo (Roque Pavez; Chile)
En las cuatro partes presentadas, se intentó hacer una representación sonora de distintos paisajes y entidades sonoras, teniendo como base para la creación el intentar recrear ecosistemas o biomas, pero en el transcurso del trabajo, esto mutó en una representación de instancias y momentos específicos en un contexto de paisaje o bioma.
Para hacer estas obras, descargue algunos archivos que me llamaron la atención y luego intente hacer las cuatro piezas con esos mismos audios haciendo distintas modificaciones, a través de distintos efectos de sonidos o como reverbs compresiones o saturaciones o a través del sampleado de trozos de audio. Solo para la ultima parte, la del desierto, busqué nuevos audios porque no podía hacer lo que quería solo con los que ya tenia.
Suave resplandor de flor (Colectivo Papageno: Lorena Luna, Aldana Jacob, Paloma Martínez, Benjamín Iturbe; Uruguay, Argentina, Chile)
Textos utilizados: Instrucciones para dar cuerda al reloj (1962), Julio Cortázar; Bicicleta – Paula Fernández Vega.
Bola 8 (Bola ocho: Alejo González, Aurora Pinazzo, Joaquín Melino, Nazario Osano, Leonardo Rodríguez; Uruguay, Paraguay)
Tirar los dados y disparar un recorrido por diferentes sonoridades. Pasar por los disparadores en un recorrido en parte aleatorio en parte elegido. Cada tirada abre una puerta diferente que nos lleva a distintas dimensiones, estaciones, movimientos, paisajes, personajes…
Cada une realizó una parte y el azar, el destino, las intenciones y varias reuniones de trabajo le dieron forma.
textos utilizados: Instrucciones para dar cuerda al reloj (1962), Julio Cortázar; El arte de los ruidos, manifiesto futurista (1913), Luigi Russolo.
Y cuando despertaste, ¿qué pasó? (Epojé: Virginia Imbern, Flavia Garrido, Alejandra Alonso, María Pintado; Argentina, Uruguay)
El mundo de las percepciones nos lleva a cuestionarnos cuál es el límite de lo real, lo tangible, lo imaginado, lo creado. Una invitación a caminar con tus oídos, cerrar los ojos y abrir la puerta. Permitirse soñar.
Recortes del infinito: Asterión; Camino; Ensueños terrenos (Recortes del infinito: Pedro Gilberto, Bruno Balcon, Matilde Matilla, Felipe González Bustamante; Brasil, Uruguay, Chile)
Aquí se presentan situaciones recortadas. Todo ya se había iniciado antes que escucháramos. Todo siguió después de esta captura sonora. Quizás sigue pasando justo ahora mientras escribo o mientras lees. Los timbres dictan el camino. Incluso el camino del silencio. El timbre del silencio dicta el camino de los timbres de los sonidos.
textos utilizados: La casa de Asterión, Jorge Luis Borges; Recuerdos de niña, Vilani Antônia; Instrucciones para dar cuerda al reloj (1962), Julio Cortázar.
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