La canción por dentro: Alberto Zapicán (1927-2021) – «El primer día» de José Carbajal

 

Recordamos la obra «El primer día» de José Carbajal, editada en el disco  Cuentamusa (1995).

Cuando repetimos las palabras “hágase la luz” y la luz se hizo, todo parece perfecto, porque la luz esta ahí sin vuelta de hoja. Todas las mañanas tempranito sale el sol y damos gracias a Dios por esta obra tan, tan, tan grandiosa: la luz. Los pájaros abandonan los nidos tímidamente, los animales salvajes se escurren de sus cuevas, los peces suben y arriman. Los hombres abren puertas y ventanas, los gallos cantan. Al amanecer el mundo despierta y sonríe.
Pero si vamos al fondo del asunto, al fondo mismo mismo del asunto, tenemos que reconocer que el invierno a Dios le salio a media campana. Esas doce horas de tinieblas por más que le pongamos música, copas y caricias, por más que las adornemos con poesías, sueños y candombes, esas doce horas no dejan de ser la parte oscura de la luz. Pero bueno, después de todo no esta mal porque, al fin y al cabo, fue en el primer día.

A diferencia de Dios, los hombres tenemos muchos primeros días en la vida. En cada oficio que empezamos tenemos que pasar por ese momento de terror, que luego a la distancia parece absurdo, pero sin el cual no tendríamos posibilidades de ponerle huevos a la cosa, apretar los dientes, exprimir el membrillo y arrancar a caminar.

Me acuerdo que el 19 de junio del año ´67, entré al teatro Odeón para participar en un festival “Beat y de protesta”, decía el cartel. Pero entre nosotros era simplemente un concurso de cantores. Por primera vez cantaría en Montevideo, en un teatro, con público sentado, en silencio, pagando entrada, atento, sin mostrador, en la oscuridad, desconocido. Yo tenía creo que 23 años, poca ropa, la guitarra prestada y me faltaba, me faltaba calcio, lo único que me sobraba era miedo, mucho pero mucho miedo.

Mis viejos habían venido desde Juan Lacaze para verme, ah…, mi viejo en un teatro y de botines, lo que habrá sufrido pobrecito, era un milagro. Dos hermanos y algunos amigos se animaron a entrara cuando las luces se apagaron. Yo sabía eso, y me apreté, me apreté, me apreté, pero me apreté tanto que se me secó la garganta, me quede ronco, se me agarrotaron los dedos. Y no podía tocar ni recordar la letra de la dichosa chamarrita aquella que había cantado cientos y cientos de veces. Bueno, al final todo paso, yo no gané el concurso por supuesto,
pero sí gané, gané porque elegí cantar, elegí cantar para siempre.

El Gorrión, el Gorrión Pérez Uría, amigo mío de Colonia, llegó de Holanda, donde habíamos vivido y tenía que empezar a trabajar. Era “un hombre de radio” como se dice, con muchos años en la locución uruguaya y no pocos en radio Nederland, pero igual no encontraba trabajo, no encontraba espacio a su retorno.
Bueno, me invito para hacer un programa, y como era amigo mío y yo era amigo de él, le dije que sí, esas cosas de la amistad. El se encargaría de todo lo demás y yo solamente, solamente de la música.
Pero ¿que era todo lo demás? Y ¿qué era solamente la música? Divagamos como locos, tiramos ideas brillantes durante dos o tres meses, tenía que ser un programa fuera de serie, totalmente diferente, el mejor de todo. Claro, nos habíamos parado en los pedales.
Por fin conseguimos cuatro horas por semanas en el Sodre y el 21 de diciembre del año ´86 a las diez en punto de la mañana, se abrieron los micrófonos de CX26 y el Gorrión, el Gorrión habló con soltura, suficiencia, tono radial, polenta, y yo, yo solamente pude decir “perdonen muchachos, pero no se nada de esto”.

Al poco tiempo el Gorrión se fue a trabajar a Buenos Aires con el Nene Morales y me quede solo, me quede solo hasta el día de hoy, con esta apasionante aventura. Y, ahora, y ahora que digo hoy, hoy es la primera vez o el primer día que se publica un artículo hecho por mis manos.
Hoy es otra primera vez en mi vida, con inseguridades, pudores y temores, con amigos que me dicen ¡Vamos Saba todavía! Y tal vez, tal vez estas pocas palabras sean el comienzo de otra larga aventura. Y mientras tejo estos pensamientos temblorosos, se me va presentando… se me va presentado una duda ¿Dios habrá tenido miedo el primer día?

 

Alberto Zapicán (1927-2021)

Despedimos a Alberto Zapicán, a través de un artículo de Guillermo Pellegrino publicado en Brecha . El músico y activista falleció a los 94 años el pasado 13 de septiembre. Zapicán convivió y tocó con Violeta Parra, militó en el MLN y desarrolló una vida austera y comprometida.

 

 

 

 Selección musical

María Graña (Rara, como encendida, 2004), Los piojos (Civilización, 2007)  y Joan Manuel Serrat (Sombras de la China, 1998), entre otros, en la selección musical de Mario Paz

 

Programa emitido el 18 de septiembre de 2021